Django desencadenado- Personal "todo en uno"



Veinte años depués de su estreno en el panorama cinematográfico, Tarantino ha dedicado finalmente una película al género que venera y que siempre ha reflejado en sus películas mediante el estilo y la
atmósfera: el western. Es "Django..." un espaguetti western atípico, que sin embargo no es más western que cualquier obra anterior suya. Para lo bueno y para lo malo, esta es la película que Tarantino quería hacer: En todo momento se aprecia su sello, y hace con la misma lo que quiere.

El argumento sigue una estructura clásica y convencional en el género: la venganza del héroe y la salvación de su amada. Y la película es coherente en tanto sigue la lógica de esta estructura narrativa. 
No por ello la lucha del protagonista, un Jamie Foxx entregado pero con poca carga dialéctica y profundidad psicológica, es el interés del argumento, sino los diálogos y escenas que dinamizan el mismo mediante el buen hacer de unos excelentes secundarios. De entre estos tres colosos, aquel que más redondo trabajo consigue es Samuel L. Jackson como mayordomo de Candyland. Dicaprio demuestra una vez más su inmenso talento como el negrero capataz Candie, histriónico y despiadado a la vez, pero no está aprovechado en su totalidad. Y aunque Waltz levanta pasiones como Schultz (sobre todo en los 45 minutos iniciales, en los que devora la platea), es más debido al carisma personal del actor que a su labor interpretativa, que no difiere mucho de la ya vista en "Malditos Bastardos".

También es cierto que es la película menos original del de Tennesse, el cual se acomoda en su universo existente y no busca la genialidad. Se aprecia como se copia a sí mismo en la estructura de los diálogos intoductorios y aquellos que concluyen en estallidos de violencia, la cual se muestra injustificada en varias ocasiones (siendo desagradable solo en las escenas de la lucha de mandingos y la de los perros) y se manifiesta aquí en su aspecto más gore y saturada. Su visión sobre la segregación racial es dura y en parte realista, pero un cierto desenfado general en el enfoque del filme impiden que sea un retrato realmente crítico, cómo ya ocurría en "Malditos bastardos". Sin embargo gana en la comparación con ésta, con la cual comparte varias similitudes. Aunque no presenta ninguna escena de la genialidad de la apertura de aquella, no presenta momentos muertos o excesivamente alargados, siendo mucho más regular y eficaz como película que cómo conjunto de escenas (la única deslabazada del resto es el divertido "sketch" del Ku Klux Klan).Más allá de momentos puntuales y de alguna escena la duración, que no se hace nada pesada, está justificada. Bien es cierto que los 45 minutos finales  parecen formar parte de una de esas películas de serie B que busca homenajear (tipografía en rojo, logrados zooms setenteros o la presencia de Franco Nero).

Muy disfrutable en su visionado, debido a su muy logrado humor y a su excepcional banda sonora sobre todo , más allá de una lograda puesta en escena, "Django desencadenado" es una película reivindicable y probablemente el trabajo más logrado de Quentin desde "Kill Bill".

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